El pequeño ordeñador salvaje
Quinton ha estado pasando por un caso grave de bolas azules. El pobre lleva más de un mes sin poder correrse, y se pasea por la casa agarrándose la entrepierna con absoluto dolor. Juniper, su preciosa y menuda novia, decide que es hora de tomar cartas en el asunto y liberar a su hombre de su lucha. Vestida con un impresionante traje de vaquera, Juniper coge al toro por los cuernos y se encarga del asunto. Sabe que su hombre le ha estado guardando un premio deliciosamente cremoso y que ella es la única que puede ordeñarlo. Como chica de recursos, se sacará un par de ases de la manga para asegurarse de que Quinton le da su jugosa recompensa. Además, no quiere compartirlo con nadie más, así que será mejor que Quinton derrame hasta la última gota de dulce jugo de hombre por todo su pequeño y delicioso cuerpo...