La polla caliente vence al tratamiento silencioso
Me encanta jugar con mi novio. No hay nada más divertido que ver cómo me ruega que le mire cuando finjo estar enfadada. Esta vez, ni siquiera tenía un motivo real para estar enfadada, pero él me siguió el juego. Me suplicó que le hablara después de mi tratamiento de silencio e incluso sacó a relucir todo el buen sexo que hemos tenido juntos mientras me frotaba la polla contra el culo y me apretaba las tetas por detrás, intentando tentarme. Este hombre es bueno, y sabe cuando mi coño está desesperado por su polla y su boca, pero no iba a ponerme las cosas fáciles. Poco me imaginaba que intensificaría su juego pidiéndome que hiciéramos un juego de roles como solíamos hacer; él sería un portero de discoteca y yo una stripper. Nada me excita más que jugar a ser la zorra que soy por dentro. Su jueguecito no es suficiente para hacerme hablar con él, pero podría oír mis gemidos si sabe lo que hace, y créeme, siempre lo sabe.