Tres esposas, tres semillas
Toda mi vida me educaron para ser una esposa; mi único deber era encontrar un marido y tener sus hijos. Cuando me fui a vivir con mi marido, conocí a Natalie y me di cuenta de que me habían engañado para ser la segunda esposa. Ella no se quedó embarazada durante el primer matrimonio, así que mi marido me trajo como segunda opción. Luego, cuando tampoco me quedé embarazada enseguida, trajeron a Donnie. Solía pensar que tenía que rebelarme de alguna manera, pero esta noche, nuestro querido marido nos llevó a todos a su dormitorio y dijo que no iba a correr ningún riesgo, que iba a dejar embarazada a una de nosotras esta noche. Mientras me comía el coño, me di cuenta de lo mucho que deseaba tener un hijo suyo. Mientras ese pensamiento cruzaba mi mente, Natalie empezó a chupar la polla de nuestro marido y Daisy se masturbaba. Fue entonces cuando me di cuenta de que no soy la única que quiere quedarse embarazada, pero me saldré con la mía. Se va a correr dentro de mí esta noche.