Dos generaciones me ayudan a vencer mi miedo a las chicas
A Billie le preocupa que su hijastro Rion siga siendo virgen y no sepa relacionarse con las chicas. Habla de ello con Yaya, la madrastra del chico, que reconoce que realmente tiene un problema. De repente, a Billie se le ocurre una idea: ¿Y si Yaya le hace una mamada muy desagradable a su hijastro para ayudarle a superar sus problemas con las chicas? A Yaya no le parece una buena idea, pero cuando se da cuenta de que su chico ya es mayorcito y tiene la polla de un adulto, bien podría tragársela para ayudar a Rion a aumentar su confianza. Después de que su madrastra le chupe la polla, la autoestima de Rion mejora al instante, empezando a entender los entresijos de complacer a las mujeres. Sin embargo, aún le queda mucho camino por recorrer, así que Billie idea otro plan. Es hora de que se folle tanto a su madrastra como a su abuelastra para aprender cómo funciona realmente el orgasmo femenino. Esta vez, Yaya tiene aún menos dudas que antes. A ella realmente le gusta la polla de Rion, así que no le importa ir a por una segunda ronda, y Billie también quiere ver por qué tanto alboroto...