Engrasado y machacado: Delicias de vecinos
La suerte de Gypsy cambia cuando sorprende a su vecino Jonathan volviendo del trabajo y necesitando desesperadamente que le preste un poco de aceite solar. Invitada a disfrutar de su piscina, Gypsy descubre que Jonathan está más que dispuesto a ayudarle a aplicarse el aceite. Sintiéndose cómoda, se desnuda y se ofrece a devolverle el favor para evitar que él se queme. Jonathan, pensando que se refería a sus brazos y piernas, se sorprende cuando los ojos de Gypsy se fijan en la huella de su polla abultada. Ansiosa, le quita los pantalones y los calzoncillos, dejando al descubierto su enorme polla. Gypsy coge el aceite y desliza las manos por el tronco antes de declarar su intención de chupársela. Para evitar miradas indiscretas, Jonathan penetra con fuerza el coño de Gypsy, que se corre sin control. Después de una buena follada, Jonathan explota, cubriéndole la cara con una enorme corrida. Gypsy, encantada con su encuentro vecinal, se deleita teniendo el mejor vecino que nadie podría pedir.